sábado, 11 de abril de 2009

Estoy de regreso

Pues ya después de unas semanitas de estar por acá me auto-doy la bienvenido al mundo blogero de nuevo.

Este es mi tercer o cuarto blog, espero ya quedarme en Making of the Blog por un buen tiempo, les comento el porqué de los cambios desde el principio. El primero fue uno que tuve hace varios años pero al momento de querer hacer cambios en la dirección y así accidentalmente lo borré, bloquée o qué se yo, ahorita ya ni me acuerdo de cuál era la liga, el segundo pues fue así como en retomar la costumbre, el tercero lo inicé cuando me vine a vivir para acá, luego me quedé sin internet y sólo accesaba desde el trabajo, entonces ahí tengo bloqueado blogger, por lo que tuve que iniciar uno nuevo con otro proveedor, pero no me gustó nada, así que no hice mucho en él.

Ya por último volví al mundo civilizado y pues con el regreso de internet a casa decidí volver a abrir un blog, no retomé el anterior de blogger porque de ese momento a hoy han cambiado muchas cosas y pues hay posts con los que ya no me sentía identificado, pero no se preocupen, sigo igual de irreverente, así que no le bajaremos al nivel, al contrario, creo que va para arriba.

Espero mis viejos lectores encuentren un momento mas o menos ameno en este nuevo blog y, como siempre, me dejen sus comentarios.

Por cierto, si ven que está todo negro no es que me haya vuelto emo, sino que hay unos problemas con las plantillas y no he podido hacer mucho para adaptar una a como quiero, pero en cuanto lo logre renovaremos este espacio.

Saludos y nos estamos leyendo!

Te queremos, Claudia, te queremos

No había comentado esto porque estuve un poco alejado de Making of the Blog, pero aprovechando el puente lo escribiré ya.

Cada mañana cuando llegaba al trabajo y prendía la computadora, lo primero que hacía era leer la columna de Claudia Segura en el diario Milenio; se había convertido pues en una deliciosa costumbre, pues pocas, muy pocas veces nos encontramos con alguien que nos entrege comentarios tan certeros e imparciales como los que escribía Claudia.

Me, o mejor dicho, nos enterábamos día a día del acontecer de la radio nacional, ese genial medio de comunicación donde a través de los oídos echamos a volar la imaginación mas allá quizás de lo que pudiera hacer otro medio. Pues bien, Claudia dejó de escribir esta columna en marzo de este año.

Aquellos fanáticos de la radio nos quedamos con un gran vacío al no leerla más, espero sinceramente que pronto podamos leer de nuevo algo de su trabajo y, de ser así, les estaré compartiéndo la liga por este medio.

Claudia, si llegas a leer este blog, muchas gracias por ese torrente de información con un estilo único, ojalá pronto tenga el gusto de volver a leerte, mientras tanto, pues nada, no hay una columna igual así que estaré con un huevo informativo. Saludos!

¿Y todo para qué?

No, no me refiero a la canción, por si ya iban a empezar a cantar; sino a la payasada con la que nos salió el IFE.

Resulta que se este instituto se gastó millones de pesos en una campaña -terrible por cierto- para impulsar la nueva credencial electoral. En ella se amenazaba con que la credencial con terminación 03 no tendría validez para la próxima elección.

Hago un paréntesis antes de continuar con lo que iba, pues resalto que si la credencial tenía los recuadros hasta el año 2003, cómo es posible que 6 años después de haber caducado impulsen su renovación. Pero eso no es lo peor, sino que ahora resulta que sí podrán votar quienes no la cambiaron.

Me da mucho coraje que hagan este tipo de estupideces porque por un lado se piede credibilidad y seriedad, así toda la vida haremos lo que queramos y las reglas nos las pasaremos por el arco del triunfo, total siempre dan chance. Ahora por otro lado, yo extravié mi credencial y no me permitieron reponerla porque estaba este proceso de porquería, según para un mayor control, y ¿de qué sirvió?.

Prácticamente fueron millones tirados a la basura, fue chutarnos unas campañas horrendas donde de paso nos ponían spots de los partidos en bloques de hasta 10 minutos que obvio nadie veía. ¿Y todo para qué?